miércoles, 21 de enero de 2009

Resumen comentado


Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprogramas de Especialización y Maestría en Lectura y Escritura
Curso: Fundamentos Pedagógicos de la Lectura y la Escritura
Profesora: Angélica Silva

Participante: Ana Aquino
Cohorte: 2008-III


Resumen comentado


I. Bibliografía


Bartolomé, A. R. (2000). Sociedad del conocimiento, sociedad de la información, escuela. En C. Vidal (Dir), Nuevas tecnologías y enseñanza de las lenguas: Didáctica de la lengua y la literatura. (pp. 13-28). Textos 24, Barcelona: Graó

Vidal, C. (Dir). (2000). Nuevas tecnologías y enseñanza de las lenguas: Didáctica de la lengua y la literatura. Textos, 24 Barcelona: Graó.


II. Vocabulario especializado:

1. Uso de ordenadores a través de un computador en la enseñanza: Es la forma como se maneja la información y se construye el conocimiento.

2. Cambios en la actitud social: Remite a la cultura del espectáculo, la diversión y el entretenimiento.

3. Cambios en la evolución de la tecnología: Se traduce por una mayor participación, interactividad, diálogo y trabajo cooperativo.

4. Sistemas multimedia: Vinculan medios y propician la interacción e integración entre sujeto y máquina.


III. Resumen de la monografía: Nuevas tecnologías y enseñanza de las lenguas

Los trabajos reunidos en esta monografía muestran diferentes aspectos del estado en que se encuentran la enseñanza de las lenguas vistas desde la Tecnología de la Información y Comunicación (Tics). La influencia de ésta en la escuela, de acuerdo con los planteamientos que realizan los autores, ha contribuido a cambios significativos que impactan en la escritura y comprensión de la lectura. Ello produce, según los autores, un quiebre de los modelos tradicionales y plantea al maestro y a la escuela nuevos retos para la formación de un alumno crítico.

El estudio realizado en Nuevas tecnologías y enseñanza de las lenguas consta de seis artículos, un documento y dos propuestas de trabajos que plantean las formas como se están asumiendo las exigencias que se realizan, en la actualidad, a los nuevos lectores y escribientes. Así mismo, la monografía, contiene informaciones de eventos, cursos y jornadas acerca de las bibliotecas escolares y dos reseñas de libros.

En el primer artículo, “Nuevas tecnologías y enseñanza de las lenguas: ¿una revolución silenciosa”? las autoras, Tusón y Miret (2000) plantean que los cambios tecnológicos inciden en la educación y formación. Por tanto, sostienen, que constituye un desafío para la escuela educar en la llamada era digital. Estos planteamientos las llevan a afirmar que para asumir con éxito los cambios se deben tomar en cuenta cuatro herramientas: (a) el conocimiento, (b) las lenguas, (c) los usuarios, y (d) la escuela. El segundo capítulo “Sociedad del conocimiento, sociedad de la información, escuela” Bartolomé (2000) reflexiona sobre los cambios que se están generando en la forma como nos comunicamos y cómo estos condicionan un cambio en la escuela. Otro autor, José Antonio Millán (2000) en “La enseñanza de la lengua y el uso del medio digital” destaca las ventajas del uso del medio digital en la enseñanza de las lenguas como los corpus lexicográficos (diccionarios electrónicos y procesadores de textos). Continuando con las propuestas, Luisa Telenti (2000) en su obra “Algunas aplicaciones de la telemática al currículo de lenguas” presenta las ventajas que ofrece Internet como herramienta didáctica para la enseñanza de la lengua.

Finalmente, se presentan en el libro dos ensayos. La primera, es de Ángels Prat y Núria Vilá (2000) “Las habilidades de lectura y escritura: un antes y un después” y la segunda, de Silvia Contín (2000) “Internautas del idioma: ¿cómo desarrollar la competencia hipertextual en los adolescentes?”. En el primer ensayo se orienta hacia el uso de las tecnologías de la información y la comunicación para la aplicación de estrategias de lecturas a través de la Web y el hipertexto. Por su parte, Silvia Contín nos ofrece una reflexión que plantea desarrollar la competencia hipertextual en los alumnos de educación secundaria.


Resumen del artículo de Antonio Bartolomé:

Bartolomé (2000) en su artículo “Sociedad del conocimiento, sociedad de la información, escuela”, reflexiona acerca de la influencia de las tecnologías en los cambios que se están dando en la manera de comunicamos y en la forma como accedemos al conocimiento. Uno de estos cambios tiene que ver con el uso de ordenadores en la enseñanza. Para este autor, el uso de las computadoras no se relaciona con el uso de medios didácticos. Considera que este manejo se vincula con el modo como se manipula la información y se construye el conocimiento. También, plantea que concebir la educación sin este soporte significaría estar en serias desventajas con las demandas que exigen los nuevos tiempos. En ese sentido, cree conveniente que las computadoras deben estar en el aula ya que, de este modo, se propiciaría un entorno de trabajo interactivo y cooperativo. Más adelante, sostiene que el problema del volumen de la información plantea cambios que repercuten en la actitud social y en la evolución de la tecnología. En cuanto a la actitud social, Bartolomé considera que vivimos inmersos en la cultura del espectáculo, la diversión y el entretenimiento. Por eso, desde esa perspectiva, el autor afirma que la información nos llega de forma divertida apoyada, en algunos casos, en la tecnología de la comunicación visual. Con relación a los cambios en la evolución de la tecnología, éstos se traducen en una mayor participación, interactividad, diálogo y búsqueda cooperativa.

Por último, el autor resalta la importancia del uso de los sistemas multimedia como recursos que facilitan la integración entre sujeto y máquina, que permiten que la enseñanza de hoy debe considerar los siguientes cambios: formar a los estudiantes para la toma de decisiones en el acceso a la información e interpretar diferentes códigos y canales. Así mismo, continúa el autor, la escuela debe ser activa, entretenida y divertida, participativa y libre. El autor finaliza su artículo proponiendo que las escuelas deben integrarse a otras escuelas.


IV Comentario crítico

Los trabajos reunidos en esta monografía constituyen un punto de partida para la reflexión y el cambio de nuestra práctica docente. Abordar el uso de las Tics a través de un concepto crítico es la propuesta general de los trabajos reunidos en esta investigación; ello nos permitirá ser más eficaces y asertivos como docentes a la hora de asumir el proceso de enseñanza aprendizaje. De igual modo, los planteamientos realizados por Bartolomé (2000) se dirigen a considerar los cambios que la escuela debe implementar a corto plazo. Llevar a cabo estas transformaciones constituye un reto para docentes y alumnos y un cambio de paradigma en la enseñanza de las lenguas en el que ahora creo y estoy especialmente motivada en estos momentos.

Comparto totalmente las ideas que desarrolla el autor en cuanto a la enseñanza. Ésta debe convertirse en un proceso que involucre la toma de decisiones, interpretación de lenguajes, códigos y canales. Desde esta perspectiva, la educación se dirige a sujetos que son activos, críticos y que interactúan en entornos culturales dinámicos.

En la actualidad, resulta inadmisible privilegiar el aprendizaje con el único fin de la reproducción de conocimientos. Es necesario que el docente promueva el desarrollo de destrezas de sus alumnos en el acceso a la información. Estas destrezas contribuirán en la creación de sujetos autónomos de su aprendizaje y con criterios para decidir.

Todas las propuestas que se presentan en este estudio son de vital importancia para comenzar a cambiar nuestras viejas prácticas de enseñanza. Todas ellas coinciden en un aspecto: los modos como accedemos a la información están cambiando, y por ende, la escuela y la enseñanza deben cambiar.

Finalmente, considero que el aporte de estas monografías es ése: mostrar a los docentes las alternativas que el cambio ofrece. Por último, no podemos negar que estamos ante la presencia de nuevos modos de organización y acceso a la información. Las consecuencias de ello se vislumbran en lo inmediato: debe estar la escuela permanentemente actualizada y preparada para estudiantes con intereses diferentes, que comprenden de modos distintos y cuyos pensamientos no son unidireccionales. En esta dirección, el maestro ya no es el centro del saber. Su rol es orientar y canalizar inquietudes que puedan ayudar a los estudiantes a construir puentes para vincular nuevos conocimientos adquiridos de los medios tecnológicos.

Argumentación desarrollada

La lectura en la biblioteca. Un enfoque en entornos hipertextuales


Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprogramas de Especialización y Maestría en Lectura y Escritura
Curso: Fundamentos Pedagógicos de la Lectura y la Escritura
Profesora: Angélica Silva
Período académico: 2008-III


(Texto de opinión)


Asumir una posición en relación con las teorías psicológicas sobre el aprendizaje resulta un ejercicio que implica una reflexión de nuestra práctica docente, y un conocimiento de los enfoques que plantean diversas formas de abordar la enseñanza y el aprendizaje.

Tal situación me llevó a hacer una revisión de los diversos modelos teóricos vistos durante la primera unidad del curso “Fundamentos Pedagógicos para la Lectura y Escritura”. Encontré en esa revisión dos corrientes o paradigmas que, de acuerdo con investigaciones realizadas por estudiosos en el área, son las que más influencias han tenido en el desarrollo de la psicología del aprendizaje. Me refiero al conductismo y al cognitivismo (procesamiento de la información). Ambos paradigmas pretenden establecer una teoría científica que dé cuenta de los procesos que intervienen en la adquisición de los conocimientos.

Los postulados de la teoría conductista dirigen su atención hacia los estímulos y respuestas. En ésta se concibe el aprendizaje a través de modificaciones en las conductas y logra que se produzca una respuesta estable por medio de refuerzos positivos y negativos. El papel que desempeña el alumno, en este paradigma, es de mero receptor de los conocimientos. Por tanto, no participa en el proceso de su producción. No lo construye. Por otra parte, el docente se considera dueño de los saberes. Se convierte -el docente- en el protagonista del proceso de enseñanza y la planificación de ésta la realiza con base en estímulos y respuestas esperadas.

Por su parte, el otro paradigma, el cognitivista, plantea la noción de aprendizaje como proceso de adquisición de conocimientos. Establece relaciones entre lo que el individuo conoce y lo que está aprendiendo pero el alumno interviene en la construcción del conocimiento. El docente es un guía que apoya y facilita situaciones de aprendizajes. En cuanto a la evaluación, se evalúan más los procesos que el producto final y los contenidos programáticos se integran y modifican adecuándose a las necesidades del proceso de adquisición del conocimiento.

Ahora bien, todos los planteamientos anteriores hacen que me incline por el paradigma cognitivista. Los aportes de este enfoque sientan las bases para la comprensión y explicación de una práctica docente que promueve, entre otros aspectos, la participación y reconstrucción de los conocimientos. Además, considero que toma en cuenta la inserción de los individuos en un contexto sociocultural. Partiendo de esta premisa, la lectura y escritura se consideran competencias funcionales y comunicativas. Ello, aunado a las características de los sujetos que se desenvuelven en la sociedad actual, como entes participativos y activos, que interactúan hoy en día en comunidades virtuales para determinar un acercamiento hacia las prácticas del lenguaje que se distancian de los procedimientos tradicionales.

El conocimiento del lenguaje compartido en entornos virtuales debe impulsar nuevas formas de aprendizaje para adiestrar tanto a estudiantes como a docentes en el manejo de las herramientas tecnológicas. En ese sentido, creo que la escuela está comprometida a incorporar recursos de información en entornos interactivos. Pero ¿cómo hacerlo? Esa es la interrogante que me atrevo a discutir en este texto.

Una manera de vincular este aspecto sería a través de la biblioteca escolar (área donde me desempeño desde hace tres años). y trabajando con la Alfabetización Informacional (ALFIN). Las ventajas que ofrece este modelo teórico son muy útiles porque incide en la formación del estudiante proporcionándole destrezas y herramientas de trabajo para saber encontrar, valorar y utilizar con eficacia la información.

Es por ello que, tomando en cuenta el ámbito de trabajo donde me desenvuelvo, la biblioteca, me propongo desarrollar una experiencia de lectura con el hipertexto. De acuerdo al concepto de Landow (citado por Contín, 2000), se define al hipertexto como “un texto de tipo electrónico, cuya escritura no es secuencial, sino que se bifurca en una serie de bloques de textos vinculados entre sí por nexos que ofrecen al lector diversos itinerarios alternativos” (p. 61). Esta autora menciona cuatro características del hipertexto que lo diferencian de lo que ella denomina “soporte tradicional de la imprenta”. Éstas son: (a) la inmaterialidad, que consiste en tener acceso a mucha información en el menor tiempo posible; (b) la interactividad, donde se establece una interacción sujeto-máquina y el usuario elige qué secuencia de información seguir y tipo de código para conectarse con la información deseada; (c) la instantaneidad cuyo acceso a la información es rápida y (d) la calidad técnica.

Todos los rasgos mencionados anteriormente acerca del hipertexto, originan, a mi modo de ver, cambios que modifican los conceptos de texto, lector y autor. En la lectura se produce un quiebre con la propuesta tradicional de linealidad y secuencialidad. Y en relación con el aprendizaje, surgen nuevos modos de acceder a la información, pues el estudiante decide y elige su estrategia de búsqueda de conocimientos.

La pertinencia que pudiera tener esta propuesta surge debido a la importancia que la lectura tiene en el entorno escolar y cómo, desde la biblioteca, se pueden orientar a los estudiantes en el manejo del hipertexto como herramienta informativa. Según Contín (2000), “el entorno hipertextual tiende a romper el aula como espacio físico y cultural estable y pone en crisis los modelos tradicionales de comunicación que se dan en nuestra cultura escolar: profesor-alumno, alumno-profesor, alumno-alumno, medio-alumno” (p. 64).

A partir de lo planteado, pudiéramos afirmar que la biblioteca escolar sería un espacio idóneo para trabajar con el hipertexto. Su configuración de trabajo, que incluye soportes digitales, adaptada a condiciones diferentes de las que prevalecen en el aula, permiten que el alumno interactúe con información almacenada en bases de datos y esta condición facilita un acercamiento de trabajo con el hipertexto. Además, las prácticas de lectura en la biblioteca, favorecen una dinámica de aprendizaje que se apoya en la búsqueda de información para resolver dudas, posibilitar una interacción entre lectores y diversidad de tipologías discursivas, investigar acerca de diferentes temas y profundizar en tópicos muy específicos que nos permiten ampliar el margen de conocimiento que tenemos del mundo y de las cosas. En ese sentido, podemos afirmar que las bibliotecas cumplen una función muy importante que la convierten en el apoyo fundamental para la consolidación de los aprendizajes y la promulgación de saberes que comparte una comunidad e incluso el aula como comunidad escolar.

En los últimos años, con el auge de las Nuevas Tecnologías de la Comunicación e Información (Tics), las bibliotecas ocupan un papel activo en la educación de los estudiantes. Tal situación se evidencia mediante el uso de nuevas herramientas de trabajo que favorecen la creación de entornos dinámicos de lo que se ha llamado “sistemas de aprendizajes”(Contín, 2000). Esta denominación surge en contraposición a los “sistemas de enseñanza” que favorecen la “instrucción explícita del docente” por sobre la “exploración y el autodescubrimiento.”

Los entornos hipertextuales configuran un conjunto de cambios que implican una relación diferente entre la didáctica, el docente y el alumno. De acuerdo con ello, creo que un entorno hipertextual facilita la creación de ambientes de trabajo dinámicos donde el estudiante se convierte en el protagonista de su propio aprendizaje por medio de la exploración y el autodescubrimiento. De esta forma, apoyo el surgimiento de nuevas relaciones con el proceso didáctico donde el conocimiento no se erige a partir de lo que dice el profesor, sino que el alumno interviene de manera directa en la construcción de su saber.

Los cambios ofrecidos por los entornos hipertextuales nos hacen pensar en nuevas estructuras organizativas en las escuelas, un nuevo tipo de alumno y un nuevo modelo de docente e incluso una nueva biblioteca. Según esta concepción, la escuela debe ofrecer alternativas variadas de trabajo y convertirse en un espacio dinámico que promueva actividades con el hipertexto, que forme alumnos para tomar decisiones y que sean capaces de optar por su propio itinerario de aprendizaje. De igual modo, el docente debe reorientar su rol y convertirse en intermediario y orientador para el procesamiento de la información con conocimiento crítico.

Por tanto, no tiene mayor sentido pensar que en estos entornos la didáctica ha de estar centrada en el texto como único apoyo bibliográfico. Es necesario integrar otras formas para acceder a la información, donde la lectura y el libro no constituyan las actividades básicas. Desde ese punto de vista, el hipertexto es, sin duda alguna, una herramienta de trabajo que promueve destrezas de búsquedas y modos de lecturas y escrituras diferentes en diferentes espacios (escuela- aula- biblioteca-hogar).

Como coordinadora de biblioteca he observado que los alumnos poseen pocas destrezas para trabajar con el hipertexto. La tendencia es a barrerlo con la mirada sin leer la página de principio a fin. La búsqueda en el computador se limita a encontrar aspectos más importantes para luego imprimir el texto requerido. Predomina la desorientación y surgen preguntas que tal vez nos ayuden a enfrentar esta problemática con el aprovechamiento de recursos en las Tics. ¿Cómo abordar esta propuesta? ¿Cómo navegar la información? ¿Qué relación guarda la nueva información hallada con el texto? ¿Es necesario formar lectores de hipertextos? ¿Qué ventajas ofrece para la escuela y los estudiantes? ¿De qué manera influyen las Tics en una didáctica para la enseñanza de la lectura y escritura?

Responder a cualquiera de las anteriores preguntas plantea un reto al docente, pues no sólo se trata de alfabetizar escolar y académicamente sino también a nivel informacional. Me atrevería a decir que las respuestas a las preguntas formuladas las obtendremos al poner en práctica la propuesta de trabajo con el hipertexto. Por ahora, la alternativa es ponderar su impacto para la enseñanza de la lectura y escritura en alumnos iniciados. Contín (2000) al respecto señala que en la lectura del hipertexto se dan: (a) ruptura de la linealidad, (b) mayores relaciones entre leer y escribir, (c) acceso a información visual, (d) acceso a referencias bibliográficas, (e) acceso a una polifonía de voces, (f) mayor acercamiento al autor, y (g) acceso a mayor cantidad de información y diversas posibilidades de ordenación. Por su parte, en la escritura encontramos: (a) colaboración intertextual, (b) aumento del trabajo en borrador, (c) escritura en colaboración y (d) mayores facilidades para la edición.

Todas las características mencionadas me hacen, hoy por hoy, reflexionar sobre el posible paradigma con el que se puede abordar esta propuesta desde la biblioteca. Considero que es a través del aprendizaje significativo que pueden las nuevas tecnologías encontrar un espacio para su desarrollo. En este paradigma, el aprendizaje se establece cuando el sujeto aprendiz (alumno) logra relacionar ideas-como las nuevas surgidas en los entornos tecnológicos y comunicativos-vinculando el conocimiento previo con el nuevo e integrando significado a su marco general de conocimiento. En este sentido, a través de los formatos electrónicos se establecen vínculos intertextuales que permiten al usuario conectar información nueva y adecuarla a sus conocimientos previos.

Finalmente, considero, a mi juicio, que la Alfabetización Informacional proporciona destrezas en los estudiantes para saber encontrar y usar la información de manera eficaz. Formar alumnos competentes para valorar y evaluar información con sentido crítico es una necesidad imperiosa que reclama la participación de bibliotecarios, padres, docentes y alumnos. La escuela debe contribuir, creando estrategias y diseñando didácticas, a entender las exigencias de los cambios actuales en materia de comunicación y nuevas formas de lectura y escritura y enseñanza de las lenguas. Las bibliotecas no pueden quedarse atrás en ese proceso de cambio.

El uso del hipertexto, en mi opinión, es una alternativa de trabajo que ofrece, tanto al alumno como al docente, la posibilidad de interactuar con todos los formatos de información, lectura y escritura. Esta situación amplía el marco de opciones y promueve un proceso educativo, que no sólo se restringe al uso del libro como único medio para acceder a la información, sino nuevas formas de leer, escribir e investigar. De igual modo, estoy convencida de que la creación de entornos hipertexuales, específicamente en la biblioteca escolar, deben constituirse en los espacios alternativos que complementen la formación lingüística e informacional del estudiante autónomo que construye su saber.

Desde esta perspectiva, se establece una relación didáctica diferente donde el docente es un mediador que facilita el aprendizaje y el alumno se convierte en un sujeto activo, participativo, capaz de interactuar con diversos soportes que almacenan información, tanto libros como computadoras. Ése es el reto. Ante el auge informativo que inunda los espacios de la vida cotidiana, las bibliotecas escolares deben estar preparadas para asumir los cambios que implican los nuevos aprendizajes en el contexto de la Alfabetización Informacional académica.


Referencias bibliográficas

Calvo, R. A. (2002). Lectura y escritura en el hipertexto. Disponible: http://www.ucm.es/info/especulo22/numero/hipertex.html [Consulta: 2008, diciembre, 7]

Contín, S. (2000). Internautas del idioma: ¿Cómo desarrollar la competencia hipertextual en los adolescentes?. En C. Vidal (Dir). Nuevas tecnologías y enseñanza de las lenguas: Didáctica de la lengua y la literatura (pp. 59-71). Textos 24, Barcelona: Graó.

Gómez-Hernández, J.A. y Pasadas-Ureña, C., (2007). “La alfabetización informacional en bibliotecas públicas. Situación actual y propuestas para una agenda de desarrollo”. Disponible: http://InformationR.net/ir/12-3/paper316.html]